Prostatitis
La prostatitis es una inflamación de la próstata. Comprende un conjunto de síndromes, enfermedades y trastornos funcionales que afectan a la próstata o al área perineal con una sintomatología similar y con una etiología en algunos casos desconocida.
Suele aparecer en adultos jóvenes o varones de edad media. Es la infección urinaria más frecuente en el varón entre la segunda y cuarta décadas de la vida. Hay que resaltar que la prostatitis es exclusiva del varón, ya que las mujeres no tienen próstata.
Tipos de prostatitis
Prostatitis aguda
La prostatitis aguda es un tipo de infección bacteriana aguda frecuente, que se diagnostica fácilmente y que suele responder bien al tratamiento antibiótico. El cuadro clínico se caracteriza por aparición súbita con fiebre alta, escalofríos o tiritonas, malestar general, lumbalgias e intensas molestias miccionales que pueden llegar a la retención aguda de orina.
En la orina es frecuente encontrar piuria, bacteriuria y hematuria. Al tacto rectal la próstata está blanda, dolorosa y congestiva; puede aparecer exudado purulento por meato uretral. Debe evitarse un tacto rectal agresivo por la posibilidad de una sepsis. En plasma el nivel de PSA suele estar elevado.
Los gérmenes comunes encontrados en los cultivos son Escherichia coli, Enterococo, Klebsiella pneumoniae, Proteus mirabilis, Pseudomona aeruginosa y Staphilococus aureus. La infección cede rápidamente con antibióticos que se deben mantener un tiempo relativamente largo entre seis y ocho semanas.
La prostatitis aguda bacteriana puede estar originada por una enfermedad de transmisión sexual, aunque también es muy frecuente en los pacientes con hiperplasia benigna de próstata, tras una infección urinaria.
Prostatitis crónica
La prostatitis crónica se caracteriza por síntomas que tienen un inicio insidioso con polaquiuria y urgencia miccional, sensación de “quemazón” uretral o disuria y a veces febrícula, a lo largo de meses en la mayoría de los pacientes.
A menudo hay enrojecimiento del meato uretral y de la mucosa circundante, y algo de secreción indicativa de uretritis. Muchos pacientes refieren chorro miccional fino y goteo postmiccional; dolor vago impreciso de variable intensidad y la sensación de frialdad o pesadez perineal es una manifestación común en estos pacientes. La localización que repiten es en el periné profundo, áreas inguinales, suprapúbico, escroto y pene; todo de manera muy vaga e imprecisa. El dolor al final de la eyaculación o la hemospermia también se repite en sus manifestaciones y puede alterar su vida sexual.
Síntomas de la Prostatitis:
Escalofríos
Fiebre
Enrojecimiento de la piel
Sangre en la orina
Ardor o dolor al orinar (disuria)
Dificultad para iniciar la micción o vaciar la vejiga
Orina de olor fétido
Chorro urinario débil
Dolor o malestar en el abdomen por encima del hueso púbico, en la región lumbar, en el área entre los genitales y el ano, o en los testículos
Dolor con la eyaculación o sangre en el semen
Dolor con las deposiciones
No todos los hombres presentan síntomas en los episodios de prostatitis.
Causas
Cualquier bacteria que pueda causar una infección urinaria puede producir una prostatitis bacteriana aguda.
Las infecciones que se transmiten a través del contacto sexual pueden causar prostatitis. Estas incluyen clamidia y gonorrea. Las infecciones de transmisión sexual (ITS) tienen mayor probabilidad de presentarse a raíz de:
Ciertas prácticas sexuales, como tener relaciones sexuales anales sin usar un condón
Tener muchas parejas sexuales
En hombres mayores de 35 años, la E. coli y otras bacterias comunes causan la prostatitis en la mayor parte de los casos. Este tipo de prostatitis puede comenzar en:
El epidídimo, un pequeño conducto que se encuentra encima de los testículos.
La uretra, el conducto que transporta la orina de la vejiga al exterior a través del pene.
Así mismo, la prostatitis aguda puede ser causada por problemas con la uretra o la próstata, tales como:
Un bloqueo que reduce o evita el flujo de orina hacia afuera de la vejiga
Imposibilidad de retraer el prepucio (fimosis)
Lesión en la zona entre el escroto y el ano (perineo)
Sonda vesical, cistoscopia o biopsia de próstata (extracción de un pedazo de tejido para buscar cáncer)
Los hombres de 50 años o más que tienen agrandamiento de la próstata presentan un mayor riesgo de sufrir prostatitis. La glándula prostática puede obstruirse. Esto facilita la proliferación de las bacterias. Los síntomas de prostatitis crónica pueden ser muy similares a un agrandamiento de la glándula prostática.
Clasificación
La prostatitis se clasifica en 4 categorías . Estas categorías se diferencian por las manifestaciones clínicas y por la presencia o ausencia de signos de infección e inflamación en 2 muestras de orina. La primera muestra corresponde al chorro medio de la micción. Luego se realiza un masaje prostático digital, y el paciente orina inmediatamente; los primeros 10 mL de orina constituyen la segunda muestra. La infección se define como el crecimiento bacteriano en el urocultivo; la inflamación se define como la presencia de leucocitos en la orina. Se desaconseja el uso del término prostatodinia para la prostatitis sin inflamación.
¿Cómo se diagnostica la prostatitis?
Con frecuencia, un médico puede darse cuenta de si usted tiene prostatitis haciéndole preguntas acerca de sus síntomas y antecedentes de salud. También le hará un examen físico, incluyendo un examen de tacto rectal. En esta prueba, el médico introduce un dedo enguantado y lubricado en el recto para sentir la próstata. También es posible que necesite análisis de sangre y orina para averiguar qué tipo de prostatitis tiene o para buscar otra causa de sus problemas.
Tratamiento
El tratamiento dependerá del tipo de infección diagnosticado. En el caso de la prostatitis crónica bacteriana, el primer paso suele ser un tratamiento prolongado con antibióticos. Tal vez deba tomar antibióticos durante un lapso de hasta 12 semanas. El 75 por ciento de los casos de prostatitis crónica bacteriana se resuelven con un tratamiento con antibióticos (AUAF).
Debido a que se desconoce la causa de la PC/SDPC en la mayoría de los casos, el tratamiento generalmente se centra en el uso de medicamentos para aliviar o eliminar los síntomas. Para tratar el dolor suelen recetarse miorrelajantes, analgésicos y ansiolíticos.
En algunos casos, los masajes prostáticos pueden contribuir al drenaje del líquido que provoca la inflamación. Los baños calientes y la termoterapia (por ejemplo, el uso de almohadillas calientes) también pueden aliviar las molestias. Es posible que el médico le recomiende eliminar de su régimen alimentario determinados alimentos picantes o bebidas ácidas que pueden empeorar los síntomas.
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