Hiperhidrosis
La hiperhidrosis es una afección que se caracteriza por sufrir el paciente un exceso de sudoración. La sudoración o transpiración es una función de la piel para mantener constante la temperatura corporal. Sin embargo, la hiperhidrosis o exceso de sudor incontrolable e impredecible puede dificultar las relaciones sociales y laborales.
¿Cuáles son las causas de hiperhidrosis?
Además de las causas evidentes de sudoración, como el calor, el ejercicio, la fiebre, las temperaturas cálidas, la ansiedad o el consumo de alimentos muy picantes, las causas de sudoración excesiva que pueden llevar a acudir a consultar al médico son:
Secundarias a algún estado fisiológico. La causa más frecuente es el comienzo de la menopausia, asociándose habitualmente a irregularidades menstruales y a sofocos. En ocasiones la sudoración exagerada aparece antes de que se inicien las irregularidades menstruales y frecuentemente se mantiene después de desaparecer totalmente la menstruación.
Secundarias al consumo de algunos medicamentos. Es la segunda causa más frecuente de sudoración excesiva. Los medicamentos que pueden producir un exceso de sudoración son principalmente los antidepresivos, diversos agentes hormonales utilizados en mujeres (y en hombres para el tratamiento del cáncer de próstata), y el uso de anti-inflamatorios o aspirina. Puede también existir sudoración excesiva tras el abandono del alcohol o de otras drogas.
Secundarias a determinadas enfermedades:
Endocrinológicas: hipertiroidismo, hipoglucemia, síndrome carcinoide, acromegalia.
Neurológicas: enfermedad de Parkinson.
Infecciones: tuberculosis, paludismo, etc.
Cánceres: linfomas u otros cánceres de la sangre.
En general en la mayoría de estas enfermedades la sudoración excesiva es un síntoma más entre otros muchos generalmente más importantes.
Sudoración primaria o de causa desconocida (hiperhidrosis esencial). Suele limitarse a las palmas de las manos, plantas de los pies y axilas. Este tipo de sudoración se caracteriza porque NO suele producirse durante la noche al dormir. Frecuentemente existen otras personas en la familia con un problema similar.
Diagnóstico
Durante la consulta, el médico te preguntará acerca de tu historia clínica y los síntomas. Es posible que también te hagan una exploración física o pruebas para evaluar mejor la causa de la enfermedad.
Análisis de laboratorio
El médico puede recomendarte análisis de sangre, orina u otros análisis de laboratorio para determinar si la sudoración se produce a causa de otra enfermedad, como tiroides hiperactiva (hipertiroidismo) o nivel bajo de azúcar en sangre (hipoglucemia).
Pruebas de sudor
Existe una cantidad de pruebas disponibles para identificar las zonas de sudoración y estimar la gravedad de la enfermedad, como la prueba con yodo y almidón, la conductancia de la piel y la prueba de sudoración termorreguladora.
Tratamiento farmacológico
Algunos casos de hiperhidrosis pueden corregirse con tratamientos farmacológicos.
El tratamiento inicial de la sudoración excesiva es tópico, con fármacos anticolinérgicos, como el bromuro de glicopirronio, y los preparados astringentes y curtientes, como el cloruro de aluminio, el glutaraldheído o el ácido salicílico. El mecanismo de actuación es la oclusión del conducto de las glándulas sudoríparas. Se deben aplicar por la noche y con la piel seca.
Una segunda opción farmacológica en algunos tipos de hiperhidrosis son los tratamientos sistémicos: bromuro de propantelina, tranquilizantes y sedantes, como clonazepan o diazepan, y los antagonistas del calcio, como el diltiazem.
Toxina botulínica
Indicada para determinados casos de sudoración intensa en manos o axilas.
La administración de este fármaco produce un bloqueo selectivo en la acción de la acetilcolina sobre las glándulas ecrinas, disminuyendo la producción de sudor.
Primero se realiza un test para conocer qué áreas son las que más sudan y así actuar de manera más selectiva, evitando efectos secundarios sistémicos.
Estilo de vida y remedios caseros
Las siguientes recomendaciones pueden ayudarte a enfrentar la sudoración y el mal olor corporal:
Usa antitranspirante. Los antitranspirantes sin prescripción médica contienen componentes a base de aluminio que pueden bloquear temporalmente los poros sudoríparos. Esto reduce la cantidad de sudor que llega a la piel. Este tipo de productos puede ayudar en casos menores de hiperhidrosis.
Aplica astringentes. Aplica productos de venta libre que contengan ácido tánico (Zilactin) en la zona afectada.
Báñate a diario. Bañarte regularmente ayuda a mantener la cantidad de bacterias en la piel bajo control. Sécate bien, especialmente, entre los dedos de los pies y bajo los brazos.
Elige zapatos y calcetines hechos con materiales naturales. Los zapatos fabricados con materiales naturales, como cuero, pueden prevenir la sudoración de los pies porque les permiten respirar. Cuando te encuentres activo, los calcetines de tela con control de humedad para deportistas son una buena elección.
Cambia tus calcetines con frecuencia. Cámbiate los calcetines o medias una o dos veces por día y sécate los pies completamente. También puedes usar pantimedias con suela de algodón. Utiliza talco para pies de venta libre para absorber el sudor.
Vetila tus pies. Quédate descalzo cuando puedas o, al menos, quítate los zapatos de vez en cuando.
Elige prendas que se adapten a tus actividades. En general, usa telas naturales, como algodón, lana y seda, que dejan que la piel respire. Al hacer ejercicio, es conveniente que uses telas diseñadas para absorber la humedad de la piel.
Intenta aprender técnicas de relajación. Considera aprender técnicas de relajación, como yoga, meditación y biorretroalimentación. Esto puede ayudarte a controlar el estrés que provoca la sudoración.
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