Cistitis
La cistitis es una infección del tracto urinario, y es una inflamación de la vejiga. Normalmente es el resultado de una infección en la vejiga y suele ser más frecuente en mujeres que en hombres.
¿A quién afecta la cistitis y con qué frecuencia?
La infección del tracto urinario es, tras la respiratoria, la segunda infección más frecuente en nuestro país, y su incidencia es mayor en mujeres. Se estima que cuatro de cada diez mujeres padecen algún episodio de cistitis a lo largo de su vida. Y, de ellas, casi un 30% se presentan como casos de cistitis recurrente, con tres o más infecciones en el plazo de un año.
Las cistitis recurrentes son especialmente frecuentes a partir de los 17 años, coincidiendo con el inicio de las relaciones sexuales. Las cifras se mantienen elevadas durante la época fértil de la mujer y se incrementan ligeramente en la menopausia, debido a modificaciones de su flora vaginal. A medida que la mujer se aproxima a la vejez, las infecciones se dan en menor medida.
Síntomas
Algunos de los signos y síntomas de la cistitis suelen ser:
Necesidad imperiosa y constante de orinar
Sensación de ardor al orinar
Orinar frecuentemente en pequeñas cantidades
Sangre en la orina (hematuria)
Orina turbia y con olor fuerte
Molestias pélvicas
Sensación de presión en la parte inferior del abdomen
Fiebre baja
Para los niños pequeños, tener nuevos episodios de orinarse accidentalmente durante el día puede ser un signo de infección urinaria. Mojar la cama a la noche cuando están solos probablemente no esté asociado a una infección urinaria.
Causas
El sistema urinario comprende los riñones, los uréteres, la vejiga y la uretra. Todos ellos son importantes para eliminar los desperdicios del cuerpo. Los riñones, que son un par de órganos con forma de frijoles ubicados hacia la espalda en la parte superior del abdomen, filtran el desperdicio del cuerpo y regulan las concentraciones de muchas sustancias. Los tubos denominados «uréteres» transportan la orina desde los riñones hasta la vejiga, donde se almacena hasta que sale del cuerpo a través de la uretra.
Cistitis bacteriana
Las infecciones de las vías urinarias suelen ocurrir cuando las bacterias que se encuentran fuera del cuerpo ingresan en las vías urinarias a través de la uretra y comienzan a multiplicarse. La mayoría de los casos de cistitis se producen por un tipo de bacteria Escherichia coli (E. coli).
Las infecciones bacterianas de la vejiga pueden aparecer en las mujeres como resultado de las relaciones sexuales. No obstante, incluso las jóvenes y mujeres que no son sexualmente activas están expuestas a infecciones urinarias más leves, ya que la zona genital femenina a menudo alberga bacterias que pueden causar cistitis.
Cistitis no infecciosa
Aunque las infecciones bacterianas son la causa más frecuente de la cistitis, diversos factores no infecciosos también pueden hacer que se inflame la vejiga. Algunos ejemplos son los siguientes:
Cistitis intersticial. La causa de esta inflamación crónica de la vejiga, también denominada «síndrome de vejiga dolorosa», es poco clara. La mayoría de los casos se diagnostican en mujeres. La afección puede ser difícil de diagnosticar y tratar.
Cistitis inducida por los medicamentos. Ciertos medicamentos, especialmente los de quimioterapia ciclofosfamida e ifosfamida, pueden producir inflamación de la vejiga cuando sus componentes descompuestos son expulsados del cuerpo.
Cistitis por radiación. El tratamiento con radiación de la zona pélvica puede producir cambios inflamatorios en el tejido de la vejiga.
Cistitis por cuerpos extraños. El uso prolongado de un catéter puede predisponerte a sufrir infecciones bacterianas y daños de los tejidos, dos situaciones que pueden provocar inflamación.
Cistitis química. Algunas personas pueden ser hipersensibles a las sustancias químicas que contienen ciertos productos, como los baños de espuma, los aerosoles de higiene femenina o los geles espermicidas, y tener una reacción alérgica que cause una inflamación dentro de la vejiga.
Cistitis asociada a otras afecciones. En ocasiones, la cistitis puede aparecer como una complicación de otros trastornos, como la diabetes, los cálculos renales, el agrandamiento de la próstata o las lesiones de la médula espinal.
Tratamiento
Los antibióticos tomados por vía oral. Casi siempre se administran para evitar la propagación de la infección a los riñones.
Para una infección vesical simple, usted tomará antibióticos durante 3 días (mujeres) o de 7 a 14 días (hombres). Para una infección de la vejiga con complicaciones, como embarazo o diabetes, o una infección renal leve, usted por lo general tomará los antibióticos durante 7 a 14 días.
Es importante que termine todos los antibióticos recetados. Terminelos incluso si se siente mejor antes de finalizar el tratamiento. Si no lo hace, puede desarrollar una infección que es más difícil de tratar.
Indíquele a su proveedor si usted está embarazada.
Su proveedor también puede recetar medicamentos para aliviar la molestia. El clorhidrato de fenazopiridina (Pyridium) es el más común de este tipo de fármacos. Usted igualmente necesitará tomar antibióticos.
Toda persona con una infección vesical debe tomar mucha agua.
Algunas mujeres tienen infecciones vesicales repetitivas. Su proveedor puede sugerir tratamientos como:
Tomar una sola dosis de un antibiótico después del contacto sexual. Esto puede prevenir infecciones de transmisión sexual.
Mantener una tanda de antibióticos por 3 días. Se le administrarán con base en los síntomas.
Tomar una sola dosis diaria de un antibiótico. Esta dosis prevendrá infecciones.
Se pueden recomendar productos de venta libre que aumentan el ácido en la orina, como ácido ascórbico o jugo de arándano. Estos medicamentos disminuyen la concentración de bacterias en la orina.
El control puede abarcar urocultivos. Estas pruebas servirán para verificar que la infección bacteriana haya desaparecido.
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