Convulsiones
Las personas que tienen convulsiones o crisis no epilépticas (NES, por sus siglas en inglés) tienen períodos de actividad con apariencia convulsiva. Las NES se caracterizan por una pérdida en el funcionamiento físico o un cambio de este sin un problema del sistema nervioso central. La pérdida o el cambio causa períodos de actividad o inactividad física que se asemejan a las convulsiones epilépticas. Una persona puede tener tanto convulsiones epilépticas como no epilépticas.
Las convulsiones se pueden clasificar como:
Motoras: comportan contracciones musculares anormales (como sacudidas de una extremidad o convulsiones)
No motoras: no comportan contracciones musculares anormales
Otros síntomas posibles son entumecimiento u hormigueo de una zona específica del cuerpo, breves episodios de falta de respuesta, pérdida de consciencia y confusión. Pueden producirse vómitos si se pierde la consciencia. La persona afectada puede perder el control de los músculos, la vejiga o los intestinos. Algunas personas se muerden la lengua.
Los síntomas también varían dependiendo de si la crisis convulsiva es de
Inicio focal (la convulsión comienza en un único lado del cerebro)
Inicio generalizado (la convulsión comienza en ambos lados del cerebro)
Existen varios tipos de convulsiones focales y generalizadas. La mayoría de las personas presentan un solo tipo de convulsión; otras presentan dos o más tipos.
Algunos tipos de crisis convulsivas pueden ser focales o generalizadas.
En las crisis generalizadas hay una alteración de la conciencia porque se afectan a la vez los dos hemisferios cerebrales. A su vez pueden ser no convulsivas o convulsivas. Las crisis generalizadas no convulsivas son las llamadas ausencias dónde hay una breve pérdida de conciencia que dura solo unos segundos por lo que puede pasar inadvertida, sin pérdida de la postura («pequeño mal» o ausencias típicas). El inicio y final son bruscos por lo que no es raro que la primera pista sea un “ensimismamiento” o la disminución del rendimiento escolar detectado por un profesor. Un 50% de los pacientes sufrirán una curación espontánea a los tres años.
Las crisis generalizadas convulsivas o «gran mal» son las que todo el mundo imagina cuando piensa en epilepsia. Estas últimas tienen una primera fase donde se produce una contracción muscular generalizada breve. El paciente se pone rígido: músculos de la masticación (mordedura de lengua y mejillas), brazos doblados y piernas estiradas; emiten un ruido gutural por la contractura laríngea, se interrumpe la respiración y el paciente se pone “azul”. A los 20-30 segundos aparece otra fase que dura + 1 minuto donde se producen sacudidas muy breves de las extremidades que se van haciendo más amplias y violentas. Durante esta fase pueden producirse luxaciones, fracturas y traumatismos. Tras esta, aparece una tercera fase dónde el paciente está adormecido, no responde, los músculos están flácidos, hay exceso de salivación que puede ser sanguinolenta si se ha mordido la lengua o las mejillas, y pérdida de orina y heces (no es un signo de gravedad, sencillamente indican que la vejiga y el intestino estaban llenos cuando se produjo la crisis). El paciente suele dormir varias horas y al despertarse no se acuerda de lo ocurrido, está confuso, con dolor de cabeza y dolores musculares por las contracciones.
¿Podría haber hecho algo para evitar tenerla, o puesto que la tengo qué puedo hacer para mejorarme?
En algunas personas, pueden haber factores hereditarios que afectan de tal manera a las neuronas del cerebro que conlleva a que se presente una disposición a las convulsiones. En estos casos, las convulsiones suceden espontáneamente, sin una causa inmediata y se repiten con el tiempo. En otros casos pueden haber deformidades o malformaciones del desarrollo cerebral durante la embriogénesis
Las convulsiones se asocian a varios trastornos y enfermedades neurológicas, entre los que el más habitual y conocido es la epilepsia.
Sin embargo, una excesiva asociación entre convulsiones y epilepsia puede haber llevado a que un 30% de los diagnosticados como epilépticos y medicados por ello no sean sino padecedores de un ataque concreto debido a la ansiedad. Las convulsiones pueden estar relacionadas con un evento temporal o disparador de la crisis, tal como exposición a ciertos medicamentos como algunos fármacos psicoactivos o drogas como la cocaína, anfetaminas, o al contrario, la abstinencia del hábito de consumir drogas, licor o fármacos, tales como barbitúricos y benzodiazepinas, una fiebre alta en niños o niveles anormales de sodio o glucosa en la sangre. En otros casos hay una lesión al cerebro, por ejemplo, un accidente cerebrovascular o un traumatismo en el cráneo, que provoca la excitación anormal de las neuronas cerebrales.
Las convulsiones pueden ser idiopáticas, es decir, son convulsiones generalmente crónicas que ocurren sin una causa identificable, en personas con o sin antecedentes familiares de epilepsia o convulsiones. Otras causas frecuentes de convulsiones o crisis epilépticas abarcan:
Tumores cerebrales y otras lesiones estructurales del cerebro, como el aumento de la presión intracerebral,
Enfermedades que causan deterioro del cerebro.
Demencia, como la enfermedad de Alzheimer
Insuficiencia hepática o renal
Infecciones (absceso cerebral, meningitis, encefalitis, neurosífilis o sida, entre otros).
Complicaciones
Tener una convulsión en momentos determinados puede conllevar circunstancias peligrosas para ti o para otras personas. Puedes estar en riesgo de lo siguiente:
Caídas. Si sufres alguna caída durante una convulsión, puedes lastimarte la cabeza o romperte un hueso.
Ahogo. Si tienes una convulsión mientras nadas o te bañas, estás en riesgo de ahogarte accidentalmente.
Accidentes automovilísticos. Una convulsión que causa pérdida de conciencia o control puede ser peligrosa si estás conduciendo un automóvil u operando maquinaria.
Complicaciones en el embarazo. Las convulsiones durante el embarazo pueden ser peligrosas tanto para la madre como para el bebé, y ciertos medicamentos antiepilépticos aumentan el riesgo de defectos al nacer. Si tienes epilepsia y tienes planes de quedar embarazada, trabaja con tu médico para que pueda ajustar tus medicamentos y controlar tu embarazo, según sea necesario.
Problemas de salud emocional. Las personas con convulsiones son más propensas a tener problemas psicológicos, como depresión y ansiedad. Los problemas pueden ser el resultado de dificultades para lidiar con la afección y de los efectos secundarios de los medicamentos.
Ante cualquier duda, solicite ayuda médica en nuestra clínica
Teléfono: +1(346)204-4668
Correo-e: clinicahispanaairline@gmail.com
Horario: lun – sáb 9AM-9PM dom 9AM-5PM
Dirección: 934 E Tidwell Rd, Houston, TX 77022