¿Qué son las ITS?
Las Infecciones de Transmisión Sexual (ITS) son un grupo heterogéneo de enfermedades transmisibles, que afectan a hombres y mujeres, cuyo elemento en común es la transmisión por vía sexual.
Una persona que tiene una ITS, puede adquirir más fácilmente el virus de inmunodeficiencia humana (VIH), que es el virus que provoca el SIDA. El tratamiento oportuno de estas infecciones evita las complicaciones y secuelas, disminuyendo la probabilidad de adquirir el VIH.
¿Cuáles son los síntomas de las enfermedades de transmisión sexual?
Las ETS no siempre presentan síntomas, o solo pueden causar síntomas leves. Por lo mismo, es posible tener una infección y no saberlo, aunque de todas formas se pueda transmitir a otras personas.
Si hay síntomas, pueden incluir:
Secreción inusual del pene o la vagina
Llagas o verrugas en el área genital
Micción frecuente o dolorosa
Picazón y enrojecimiento en el área genital
Ampollas o llagas en o alrededor de la boca
Olor vaginal anormal
Picazón, dolor o sangrado anal
Dolor abdominal
Fiebre
Algunas enfermedades de transmisión sexual
Clamidia
La clamidia es una STD/STI común causada por la bacteria Chlamydia trachomatis. La clamidia puede transmitirse durante el contacto sexual vaginal, oral o anal con la pareja infectada. Si bien muchas personas no presentan síntomas, la clamidia puede causar fiebre, dolor abdominal y flujo inusual del pene o la vagina.
En las mujeres, tengan o no síntomas y desconozcan o no que tienen una infección, la clamidia puede causar la enfermedad pélvica inflamatoria. En la PID, la STD/STI sin tratar avanza y afecta otras partes del sistema reproductor de la mujer, incluido el útero y las trompas de Falopio. Este avance puede provocar un daño permanente en los órganos reproductivos de la mujer. El daño podría provocar un embarazo ectópico (en el que el feto se desarrolla en lugares anormales fuera del útero, trastorno que podría ser mortal) e infertilidad.
Además, si la mujer está embarazada, el feto en desarrollo corre riesgo, porque la clamidia puede transmitirse durante el embarazo o el parto y puede provocar infecciones oculares o neumonía en el bebé. Si la clamidia se detecta de manera temprana, puede tratarse fácilmente con un antibiótico por vía oral.
Gonorrea
La gonorrea es causada por la bacteria Neisseria gonorrhoeae, que puede crecer rápido y multiplicarse fácilmente en las áreas húmedas y tibias del aparato reproductor. Los síntomas más comunes de una infección gonorreica son flujo vaginal o secreción en el pene y micción difícil o dolorosa.
Al igual que en la infección por clamidia, las complicaciones más comunes y graves de la gonorrea ocurren en las mujeres e incluyen la enfermedad pélvica inflamatoria, embarazo ectópico, infertilidad y una potencial transmisión de la enfermedad al feto en desarrollo, si se contrae durante el embarazo. La gonorrea también puede infectar la boca, la garganta, los ojos y el recto y extenderse a la sangre y las articulaciones, donde puede convertirse en una enfermedad mortal.
Además, las personas con gonorrea pueden contraer el VIH, el virus que causa el SIDA, más fácilmente. Las personas infectadas por el VIH que tienen gonorrea también tienen más probabilidad de transmitir el virus a otras personas.
Herpes genital
El herpes genital es una infección contagiosa causada por el virus del herpes simple (HVS por sus siglas en inglés). Hay dos cepas o tipos diferentes de HVS: el virus del herpes simple tipo 1 (HVS-1) y tipo 2 (HVS-2). Ambos pueden causar herpes genitales, aunque la mayoría de los casos de herpes genitales se deben al HVS-2. Cuando es sintomático, el HVS-1 suele presentarse como ampollas o boqueras en los labios (herpes labial o febril), pero también puede infectar la región genital a través del contacto oral-genital o genital-genital. El HVS-2 sintomático suele causar ampollas dolorosas y acuosas en o alrededor de los genitales o el ano. Sin embargo, gran cantidad de las personas que tienen estos virus no presentan signos o síntomas, o los mismos mínimos.
Ni el HVS-1 ni el HVS-2 pueden curarse, e incluso durante los períodos en que la persona infectada no presenta síntomas, el virus puede encontrarse en las células nerviosas del cuerpo. Periódicamente, algunas personas experimentan brotes en los que aparecen nuevas ampollas en la piel del área genital; en esos momentos, hay más probabilidad de que el virus se transmita a otras personas.
Las mujeres embarazadas, especialmente las que adquieren el herpes genital por primera vez durante el embarazo, pueden transmitir la infección al recién nacido, lo que podría causar el HVS neonatal, una infección potencialmente mortal que afecta la piel, el cerebro y otros órganos del bebé.
VIH/SIDA
El VIH, o virus de inmunodeficiencia humana, es el virus que causa el SIDA (síndrome de inmunodeficiencia adquirida). El VIH destruye el sistema inmunitario del organismo al matar las células que combaten las infecciones. Una vez que el VIH ha destruido una porción considerable de estas células, la capacidad del cuerpo de combatir las infecciones y recuperarse de ellas se ve comprometida. Esta etapa avanzada de la infección por el VIH se conoce como SIDA.
Las personas cuyo VIH ha avanzado hasta convertirse en SIDA son muy propensas a contraer infecciones oportunistas que normalmente no enfermarían a una persona sana, así como determinados tipos de cáncer.
El SIDA puede prevenirse si las personas infectadas con el VIH comienzan de manera temprana un tratamiento con antirretrovirales. La transmisión del virus ocurre principalmente durante la actividad sexual sin protección y al compartir agujas para inyectarse drogas intravenosas, si bien el virus también puede transmitirse de la madre al bebé durante el embarazo, el parto y el amamantamiento.
Sífilis
Las infecciones por sífilis, causadas por la bacteria Treponema pallidum, se transmiten de persona a persona durante el acto sexual vaginal, anal u oral mediante el contacto directo con las úlceras llamadas chancros. Las personas con mayor riesgo de contraer sífilis son los hombres que tienen sexo tanto con hombres como con mujeres y las personas que viven en el sur. El primer signo de sífilis es un chancro, una úlcera genital indolora que por lo general aparece en el pene o en la vagina o sus alrededores. Además de ser el primer signo de una infección de sífilis, los chancros hacen que una persona tenga de dos a cinco veces más probabilidad de contraer el VIH. Si la persona ya tiene el VIH, los chancros también aumentan la probabilidad de que el virus se transmita a su pareja sexual. Estas úlceras suelen desaparecer por sí solas, incluso sin tratamiento. Sin embargo, el cuerpo no elimina la infección por sí solo y, con el tiempo, la sífilis puede afectar otros órganos como la piel, el corazón, los vasos sanguíneos, el hígado, los huesos y las articulaciones (sífilis secundaria). Si aun así la enfermedad no se trata, en unos años puede desarrollarse la sífilis terciaria y afectar los nervios, los ojos y el cerebro, e incluso podría causar la muerte.
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