Hemorragia nasal:
La hemorragia nasal, también llamada epistaxis, es la pérdida de sangre por la nariz, que puede afectar a una o ambas fosas nasales. Es un problema muy común, que suele ser leve y se resuelve sin complicaciones, pero en algunos casos puede ser grave y requerir atención médica urgente.
Síntomas
El síntoma principal de la hemorragia nasal es el sangrado por la nariz, que puede variar en cantidad e intensidad. La sangre puede salir por la nariz o por la boca, si se traga. Algunos signos que pueden acompañar a la hemorragia nasal son:
– Dolor o presión en la nariz o la cara
– Mareo o debilidad
– Dificultad para respirar
– Palpitaciones o taquicardia
– Náuseas o vómitos
– Fiebre o escalofríos
– Alteraciones de la visión o del oído
– Confusión o pérdida de conciencia
Causas
La hemorragia nasal puede tener muchas causas, que se pueden clasificar en locales o sistémicas. Las causas locales son aquellas que afectan directamente a la nariz o a sus alrededores, como:
– Traumatismos, golpes, caídas o fracturas nasales
– Irritaciones por alergias, resfriados, rinitis o sinusitis
– Sequedad o cambios de temperatura o presión ambiental
– Hurgarse o sonarse la nariz con fuerza
– Cuerpos extraños o tumores en la nariz o los senos paranasales
– Cirugía nasal o de la hipófisis
– Abuso de descongestionantes o drogas inhaladas
Las causas sistémicas son aquellas que afectan a todo el organismo o a la coagulación de la sangre, como:
– Hipertensión arterial
– Trastornos de la coagulación, como hemofilia o trombocitopenia
– Uso de anticoagulantes, antiinflamatorios o aspirina
– Enfermedades infecciosas, como el dengue o la fiebre amarilla
– Enfermedades hepáticas, renales o cardíacas
– Cáncer o leucemia
Tipos
Según el lugar de origen del sangrado, se pueden distinguir dos tipos de hemorragia nasal:
– Hemorragia nasal anterior: es la más frecuente y se produce en la parte delantera del tabique nasal, donde hay muchos vasos sanguíneos pequeños y frágiles. Suele ser leve y fácil de controlar con medidas caseras.
– Hemorragia nasal posterior: es menos común y se produce en la parte posterior de la nariz, donde hay vasos sanguíneos más grandes y profundos. Suele ser más grave y difícil de detener, y puede requerir hospitalización y tratamiento médico.
Diagnóstico
El diagnóstico de la hemorragia nasal se basa en la historia clínica, el examen físico y las pruebas complementarias. El médico preguntará al paciente sobre el inicio, la duración, la frecuencia, la cantidad y el color de la sangre, así como sobre los posibles factores desencadenantes o agravantes. También le explorará la nariz y la garganta, y le tomará la presión arterial y el pulso.
Entre las pruebas complementarias que se pueden realizar están:
– Análisis de sangre, para descartar anemia, infección o alteraciones de la coagulación
– Radiografía, ecografía o tomografía computarizada de la nariz y los senos paranasales, para detectar fracturas, cuerpos extraños o tumores
– Endoscopia nasal, para visualizar el interior de la nariz y localizar el punto de sangrado
– Cultivo o biopsia nasal, para identificar posibles agentes infecciosos o malignos
Tratamiento
El tratamiento de la hemorragia nasal depende de la causa, el tipo, la intensidad y la frecuencia del sangrado. En general, se pueden seguir los siguientes pasos:
– En caso de hemorragia nasal leve o moderada, se puede intentar detener el sangrado en casa, siguiendo estas medidas:
– Sentarse y mantener la cabeza inclinada hacia adelante, para evitar tragar sangre
– Aplicar presión sobre la parte blanda de la nariz, tapando las fosas nasales con los dedos, durante al menos 10 minutos
– Aplicar frío sobre el puente de la nariz, con un paño húmedo o una bolsa de hielo
– Respirar por la boca y evitar sonarse o hurgarse la nariz
– Humedecer la mucosa nasal con suero fisiológico o vaselina
– En caso de hemorragia nasal persistente, intensa o recurrente, se debe acudir al médico, que puede realizar las siguientes intervenciones:
– Cauterización, que consiste en sellar el vaso sanguíneo que sangra con calor, electricidad o sustancias químicas
– Taponamiento nasal, que consiste en introducir una gasa, una esponja o un globo inflable en la nariz para comprimir el vaso sanguíneo que sangra
– Embolización, que consiste en inyectar un material que obstruye el vaso sanguíneo que sangra desde el interior
– Cirugía, que consiste en ligar o extirpar el vaso sanguíneo que sangra mediante una incisión
– Además, se debe tratar la causa subyacente de la hemorragia nasal, si la hay, con medicamentos o cirugía, según el caso.
Prevención
Para prevenir la hemorragia nasal, se pueden adoptar las siguientes medidas:
– Evitar los traumatismos o golpes en la nariz, y usar protección adecuada en caso de practicar deportes de contacto
– Evitar la irritación de la mucosa nasal por alergias, resfriados, rinitis o sinusitis, y tratarlos adecuadamente con medicamentos o lavados nasales
– Evitar la sequedad de la mucosa nasal por el aire frío o seco, y mantener una buena hidratación y humidificación del ambiente
– Evitar hurgarse o sonarse la nariz con fuerza, y cortarse las uñas para evitar lesiones
– Evitar los cuerpos extraños o tumores en la nariz o los senos paranasales, y consultar al médico si se sospecha de su presencia
– Evitar la cirugía nasal o de la hipófisis, a menos que sea estrictamente necesaria, y seguir las indicaciones del médico en el postoperatorio
– Evitar el abuso de descongestionantes o drogas inhaladas, y buscar ayuda profesional si se tiene adicción
– Controlar la presión arterial y evitar los picos hipertensivos, con una dieta saludable, ejercicio moderado y medicamentos si es necesario
– Controlar los trastornos de la coagulación y evitar los anticoagulantes, antiinflamatorios o aspirina, salvo prescripción médica
– Prevenir las enfermedades infecciosas, hepáticas, renales o cardíacas, con una buena higiene, vacunación y chequeos periódicos
– Prevenir el cáncer o la leucemia, con una alimentación sana, evitar el tabaco y el alcohol, y realizar pruebas de detección precoz
Factores de riesgo
Los factores que pueden aumentar el riesgo de sufrir una hemorragia nasal son:
– Edad: los niños y los ancianos son más propensos a tener hemorragias nasales
– Sexo: los hombres tienen más hemorragias nasales que las mujeres
– Clima: los climas fríos, secos o con cambios bruscos favorecen las hemorragias nasales
– Altitud: las zonas de gran altitud, con menor presión atmosférica, favorecen las hemorragias nasales
– Genética: algunas enfermedades hereditarias, como la telangiectasia hemorrágica hereditaria, predisponen a las hemorragias nasales .
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