¿Qué es la alergia?
La alergia es una respuesta exagerada (reacción de hipersensibilidad) del sistema defensivo (sistema inmunitario) del paciente que identifica como nocivas determinadas sustancias inocuas (como pueden ser los pólenes de algunas plantas o los ácaros del polvo doméstico, por ejemplo) habitualmente toleradas por la mayoría de las personas.
Tipos de Alergias más comunes. Causas
- Alergia a los ácaros. Presentes en polvo y lugares húmedos, para prevenirlos se recomienda cubrir con fundas herméticas anti-ácaros las almohadas y los colchones, así como utilizar aspiradora con filtro especial HEPA.
- Alergia al polen. La más común, la del polen de ciprés, platanero, olivo y gramíneas. Para prevenirla o no sufrirla demasiado, se aconseja evitar espacios abierto durante el día y mantener las ventanas cerradas.
- Alergia al pelo de animales. Sobre todo el de perros y gatos, quienes la padecen deben evitar el contacto con estos animales y mantener una buena limpieza.
- Alergia a las picaduras de insectos, como consecuencia de la sustancia que desprenden cuando te pican, se aconseja llevar siempre adrenalina (epinefrina) por si te atacan sin que te des cuenta.
- Alergia al moho, causada por las esporas que desprende el moho en zonas húmedas, se deben evitar actividades en espacios húmedos y ventilar siempre la casa, así como el uso de deshumidificadores.
- Alergia a alimentos. Las más frecuentes son al trigo, cacahuetes, marisco y leche, y en estos casos se aconseja también llevar siempre una inyección precargada y autoaplicable de adrenalina. No siempre puede controlar uno lo que come, sobre todo si no te encargas tú de cocinarlo.
- Alergia al látex, presente en guantes, condones, colchones o ciertos dispositivos médicos, se debe evitar el contacto con estos productos y avisar del trastorno en caso de ser atendido por personal sanitario.
- Alergia a algunos alimentos, como la penicilina o el ácido acetil salicílico (la ‘Aspirina’). Es clave en estos casos indicar siempre la alergia o llevar un brazalete que lo advierta.
- Alergia a fragancias, como perfumes, detergentes, velas aromáticas o cosméticos, a los que uno debe renunciar si no quiere sufrir una reacción grave.
- Alergia a las cucarachas, como consecuencia de las proteínas que se desprenden de sus heces. Hay que evitar su entrada en la vivienda y utilizar pesticidas.
Pruebas
El médico también podría recomendarte una o ambas de las siguientes pruebas. No obstante, ten en cuenta que estas pruebas para la detección de alergias pueden tener resultado falso positivo o falso negativo.
Prueba de piel. El médico o la enfermera te punzarán la piel y te expondrán a pequeñas cantidades de las proteínas que se encuentran en potenciales alérgenos. Si eres alérgico, es posible que desarrolles un bulto elevado (urticaria) en el lugar de la piel donde se realizó la prueba.
Análisis de sangre. El análisis de sangre de inmunoglobulina E específica, comúnmente llamado «prueba de radioalergoadsorción» o «ImmunoCAP», mide la cantidad de anticuerpos que causan alergia en el torrente sanguíneo, conocidos como anticuerpos de inmunoglobulina E. Se envía una muestra de sangre a un laboratorio médico, donde se puede analizar la evidencia de sensibilidad a posibles alérgenos.
Si el médico sospecha que tus problemas se deben a otra causa distinta de una alergia, otras pruebas podrían ayudar a identificar (o descartar) otros problemas de salud.
Diagnóstico
Como cada reacción alérgica es desencadenada por un alergeno específico, el principal objetivo del diagnóstico es identificar ese alérgeno. Este puede ser una planta estacional o el producto de una planta, como el polen de la hierba o la ambrosía, o una sustancia como la caspa del gato, ciertos medicamentos o algún alimento en particular. El alérgeno puede causar una reacción alérgica cuando se deposita sobre la piel o entra en un ojo, es inhalado, ingerido o inyectado.
Existen pruebas que pueden ayudar a determinar si los síntomas están relacionados con la alergia y a identificar el alérgeno implicado. Una muestra de sangre puede mostrar muchos eosinófilos, un tipo de glóbulo blanco cuyo número suele incrementarse durante las reacciones alérgicas. La prueba cutánea RAST (radioalergoabsorbente) mide las concentraciones en sangre de anticuerpos IgE específicos de un determinado alérgeno, lo cual puede ayudar a diagnosticar una reacción alérgica en la piel, rinitis alérgica estacional o asma alérgica.
Prevención
Evitar un alérgeno es mejor que intentar tratar una reacción alérgica. Evitar una sustancia puede suponer dejar de usar un determinado fármaco, instalar aire acondicionado con filtros, renunciar a tener un animal de compañía en casa o no consumir cierta clase de alimentos. En ocasiones una persona alérgica a una sustancia relacionada con un trabajo determinado (por ejemplo harinas, maderas, etcétera) se ve obligada a cambiar de empleo. Las personas con fuertes alergias estacionales pueden considerar la posibilidad de trasladarse a una región donde no exista ese alérgeno.
Cuando no se pueda evitar totalmente el contacto con el alérgeno, es recomienda reducir la exposición al mismo. Por ejemplo, una persona alérgica al polvo de la casa puede eliminar todo el mobiliario, las alfombras y las cortinas que acumulen ácaros; cubrir colchones y almohadas con protectores plásticos; quitar el polvo y limpiar las habitaciones con un paño húmedo y con bastante frecuencia; usar aire acondicionado para reducir la alta humedad interior que favorece la multiplicación de los ácaros del polvo; e instalar filtros de aire altamente eficientes. Dado que algunos alérgenos, en especial los que transporta el aire, no pueden evitarse, los médicos suelen utilizar métodos para bloquear la respuesta alérgica y prescriben medicamentos para aliviar los síntomas. La inmunoterapia alergénica (inyecciones contra la alergia) puede brindar una solución en estos casos. Los antihistamínicos son los fármacos más comúnmente usados para tratar las alergias (pero no se utilizan para tratar el asma).
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